no puedo explicarlo
siempre hay agua
en el piso a manera de fina capa que cubre la superficie
brotando del suelo
cayendo del cielo
ese rojocafénaranja
entre escalones clavados
-date un toque.
alguien conocido me ofrecía un porro
si bien su cara no distinguía acepté
-simón, date un toque
sube por ahí
aviéntate y verás.
se confude con un teatro
una vieja construcción
que ahora se convierte en una mano estrechando otra
'eres muy callado'
y con llagas en la garganta
respondo
'sí'
los asientos son rojos rojos como los ojos de la pacheca que para entonces me cargaba
mucho llanto
después de la caída
la repercusión no es tan inmediata
a la larga
no pude comprobar qué tanto afectó
sólo se escuchaba un llanto lejano
y mirando abajo
sólo era posible ver el agua reflejada en rojo cubriendo los pies
subir por el andamiaje
y dar una última mirada
un buen golpe al porro
y el salto hacia el vacío
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