esa tía ha de haber tenido fácil unos treinta y tantos años.
hablaba casual
meciendo su mano como urraca de invierno
le ofrecí un pitillo, confiando que reduciría el número de palabras por minuto.
aceptó amablemente y al primer golpe de tabaco solté:
-y has pensado operarte el cerebro antes que las tetas?
charles bukowski
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